Cartas nunca entregadas número 1 (Hoy te vi, pero no eras tú)

Martín:

Hoy creí verte, luego de tanto tiempo, pero al parecer me confundí, y aquel chico alto, moreno y despeinado no eras tú.

No creas que estoy loca, no veo iluciones ni imagino cosas, solo que te ví pero ese no eras tú. Lo se porque no tenías esa mirada seductora que tanto me gustaba, lo se porque  tus ojos no brillaban tanto como de costumbre, lo se porque te observe por largo rato y aun así no me pareciste la persona mas bella del universo, lo se porque solo eras alguien mas entre la gente, lo se porque no lograste enloquecer a las tantas mariposas que habitan en mi estomago, lo se porque simplemente no eras la persona de la que yo estaba enamorada, no sentí amor, no.

Tal vez si eras tú, solo que cambiaste tanto en tu interior que no pude reconocerte. No, no sos de las personas que cambian fácilmente. Tal vez cambié yo, pero… yo era la misma de siempre.

Me llevo un largo rato endender lo que me estaba sucediendo. Tanto tiempo te estuve extrañando, queriéndote ver y a la vez intentando quitarte de mi cabeza… tu no eras para mi, pero no lograba entenderlo.

Por fin sentí un alivio en mi mente difícil de explicar.

Si Martín, si te vi hoy, pero no me sentí mal, no te extrañe, no sentí la necesidad de acercarme, No sentí ese gran amor que siempre sentí. Por fin te olvide, y nunca fui tan feliz al ver a alguien que no amo. Me sentí libre. Y te escribo esta carta para quitarte un peso de encima, ya no te escribiré mas, no te llamare todas las noches ni dejare mis tediosos mensajes en tu contestador, ¡Felicidades Martín! Te libraste de mi. ¡Felicidades a mí! Me libré de ti.

Doblé la carta en cuatro y la guarde en mi cajón. Despues de todo ya era libre, no necesitaba explicarle nada a nadie, y mucho menos a él.

Carta nunca entregada número 1.